por Adrián Alfonso Lamo Atwood
Es un sueño. Solo un sueño.
Pero es y fue también mucho más que un sueño. Los detalles son siempre borrosos, pero recuerdo el entorno. Era aparentemente a lo largo de varias vidas. Recuerdo que examiné las facetas de mi vida desde muchos puntos de vista; cada evento, cada decisión, viendo todas las posibilidades.
También había un lugar en el sueño. Nunca puedo recordarlo cuando estoy despierto, solo que existe, pero en el sueño siempre reconozco que lo reconozco y pienso: "Ah, este es el lugar al que solo voy en mis sueños".
¿Porque es esto importante? Cada vez que tengo este sueño, recuerdo que me respondieron todas mis preguntas, no con palabras sencillas, sino a través del resultado de cada posibilidad, durante esas interminables vidas.
Y recuerdo haberlo olvidado todo, y mientras aún me aferro a lo último, pensando: "Está bien, vendrás aquí de nuevo". Mi última impresión de lo que recuerdo es saber que, en una línea cronológica lo suficientemente larga y con un enfoque lo suficientemente amplio, todo estará verdaderamente bien.
Y sé que lo haré. Ya sea en el sueño o en la muerte, en cualquier lugar que me reincorpore al universo. Desde que empecé a tener este sueño, el mundo es un lugar mucho menos aterrador.
No le puedes hacer daño a alguien que haya soñado un sueño como el mío.
—Canción de Dakota Prayer